jueves, 20 de diciembre de 2012

EL RINCÓN DEL ENFERMERO:

AMPUTACIONES

Una amputación se produce cuando el trauma provoca la separación completa de una parte del cuerpo
generalmente una extremidad o parte de la misma. En ocasiones puede quedar un puente de unión formado por tejidos blandos. Lleva consigo lesiones de partes graves como el desgarro muscular, lesiones en vasos sanguíneos con hemorragia. Lesiones en los paquetes nerviosos y fracturas.


Las complicaciones sufridas se deben a la hemorragia o al shock y además puede haber riesgos de infección. El protocolo de actuación es el siguiente:

1- Evaluación inicial para verificar la existencia se shock. Si lo hay, colocaremos al accidentado en posición horizontal, le levantaremos los pies para hacer una autotransfusión y así controlar el shock, salvo que otras
lesiones contraindiquen esta actuación.
2- Si el accidentado está consciente, hay que calmarlo y darle seguridad.
3- Hemos de controlar todas las lesiones existentes.
4- Tratar la hemorragia aplicando presión sobre la zona sangrante, para lo que elevaremos el miembro. Si no se controla y hay peligro para la vida del accidentado, aplicaremos un vendaje compresivo y, en último extremo, un torniquete.
5- Localizar y conservar las partes del cuerpo amputadas envolviéndolas en tela limpia y seca, metiéndolas en una bolsa plástica que deberá sumergirse en agua fría y si es posible con hielo.

Las manifestaciones de las amputaciones son el dolor, la hemorragia que puede llegar a provocar shock y los cuadros de ansiedad dado el impacto psicológico que suelen tener.

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