EL RINCÓN DEL ENFERMERO:
ATENCIÓN BÁSICA EN LESIONES POR FRÍO ( I )
Cuando las variaciones ambientales modifican la temperatura de la piel o de la sangre, enfriándola, los receptores tanto cutáneos como de la sangre informan de este cambio a los termorreguladores (situados en el hipotálamo) que ponen en marcha mecanismos para conservar y producir calor.
El mecanismo más importante es la vasoconstricción cutánea, por lo que la piel se vuelve blanca y fría. Como consecuencia de este proceso, la sangre se desplaza hacia los órganos vitales.
Esta falta de irrigación provoca una disminución del aporte de oxígeno en la zona del organismo afectada (anoxia) que facilita la producción de una serie de sustancias como la histamina, que dilata nuevamente los vasos.
Las lesiones que puede producir el frío pueden ser locales (congelaciones) y generales (hipotermia). En este post nos explicaremos las lesiones locales generadas por el frío.
CONGELACIONES LOCALES:
También se les denomina como “quemaduras por acción del frío” y afectan a las partes distales del cuerpo (manos, pies, nariz y orejas).
La gravedad de estas congelaciones depende además de la acción de las bajas temperaturas sobre el organismo, de otros factores que predisponen a ella:
• Grado de humedad
• Existencia de viento
• Compresión de la ropa
• Tiempo de exposición
• Edad
• Estado de nutrición
• Constitución física
• Resistencia o sensibilidad individual
• Falta de ejercicio
• Inmovilidad
• Padecimiento de patologías previas ( cardiacas o respiratorias)
• Consumo de drogas y alcohol, etc.
Teniendo en cuenta la profundidad y el tipo de lesiones que producen, las congelaciones se pueden clasificar en 3 grados, reflejados en el siguiente enlace.
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PROTOCOLO DE ACTUACIÓN:
Para estas congelaciones locales el protocolo de actuación que se sigue es:
1. Rescatar al accidentado lo más pronto posible.
2. Llevarlo a un lugar más caliente.
3. Retirar con cuidado los objetos que pueden comprimirle (cinturones, anillos, reloj, etc.)
4. Quitarle la ropa húmeda y cambiársela por ropa seca.
5. Darle a beber (si está consciente) líquidos azucarados y calientes.
6. Si la lesión es de primer grado, envolver la zona con un vendaje y algodón para
proporcionarle calor.
En el caso de las congelaciones de segundo y tercer grado debemos, además:
1. Calentar progresivamente la zona afectada, bañándola con agua tibia (20-40°)
2. Secar y envolver la zona congelada.
3. Mantener el miembro afectado elevado para disminuir el edema.
4. Evacuar al accidentado a un centro sanitario, tumbado y tapado con mantas para evitar
la pérdida de calor.
Las congelaciones son reversibles cuando, al calentar la zona anatómica afectada, en esta se
vuelve a activar la circulación sanguínea y se supera la vasoconstricción inicial.
Sin embargo, cuando, como consecuencia del frío y de la vasoconstricción, se produce una
necrosis de los tejidos, estos quedan dañados definitivamente y sin posibilidad de
recuperación, aunque se intente aplicar calor para reactivar la circulación.
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